El descanso nocturno es un reflejo de la salud, sin embargo tener un sueño de calidad puede considerarse un lujo dentro del estilo de vida moderno actual, que constantemente nos sobrecarga con estímulos en todos los flancos.
Es claro que las condiciones en que vivimos hacen difícil conseguir un buen descanso. De hecho, según un estudio publicado por la empresa de cotización de medicamentos YAPP, hace un año la demanda de fármacos para dormir aumentó en un 32% con respecto al 2019. Las inseguridades de la vida cotidiana se vieron acrecentadas por la incertidumbre que trajo la pandemia y con ello la falta de sueño de calidad.
No cumplir con las horas mínimas de sueño, o tener un mal descanso, conllevan falta de energía durante el día, irritabilidad y cambios de humor. De hecho, las alteraciones del sueño obstaculizan la “limpieza mental” que realiza el cerebro después de cada día.
Al interrumpir este proceso pueden generarse vacíos que conllevan a dificultades de aprendizaje y pérdida de memoria.
El médico Eduardo Oyarse, especialista en medicina antienvejecimiento, nos explica: “Al dormir, las células se regeneran. Eso permite que todos los procesos biológicos sean desarrollados correctamente”. Para ello los expertos aseguran que los adultos deben dormir entre 7 y 8 horas diarias.
La raíz del mal dormir está en el miedo. Miedo a perder el trabajo, miedo por motivos de salud debido a la pandemia o miedo a temas que no hemos logrado resolver en nuestra vida. Eso nos hace estar en alerta constante, incluso cuando dormimos.
Cómo mejorar nuestro entorno?
Es fundamental que tengamos condiciones en nuestra habitación que faciliten un buen descanso y un sueño efectivo: estar en un lugar silencioso y bloquear cualquier haz de luz permite entrar a las fases del sueño de manera correcta e ininterrumpida. Eso incluye la luz azul que emana de las pantallas.
“Y si veo una película antes de dormir para bajar las tensiones?” La verdad es que el cerebro lo va a resentir, ya que confundirá los horarios diurnos y nocturnos y comenzará a trabajar como si fuera de día. Para evitarlo, lo ideal es dejar de usar pantallas electrónicas por lo menos dos horas previo a cerrar los ojos.
Lo que no debemos hacer
El mayor problema es querer tratar todo mediante fármacos para dormir. El consumo no supervisado por un profesional de la salud es más perjudicial que la falta de sueño mismo, ya que se puede generar dependencia y síntomas de abstinencia cuando se dejan.
“La idea es que el cuerpo pueda hacer esos procesos de regeneración celular de manera autónoma, sin necesitar pastillas”, nos comenta la especialista en sueño y antienvejecimiento Sara Mir. “La raíz del mal dormir está en el miedo. Miedo a perder el trabajo, miedo por motivos de salud debido a la pandemia o miedo a temas que no hemos logrado resolver en nuestra vida. Eso nos hace estar en alerta constante, incluso cuando dormimos”.
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Las nuevas tecnologías que nos ayudan a descansar
La tecnología se encuentra presenta en todos los ámbitos de la vida, y la medicina no es la excepción. Hoy existen múltiples aplicaciones que nos ayudan a relajar los sentidos.
Dentro de ellas destaca Relax 360 (www.relax360.cl), la cual permite que el usuario viva una experiencia con música y sonidos de la naturaleza, los cuales han sido científicamente modificados para lograr que las frecuencias corporales se sincronicen y así lograr un descanso profundo.
Las melodías disponibles en Relax 360 evocan emociones placenteras que inducen el sueño, lo cual, sumado a las condiciones óptimas, le permitirán al cuerpo entender que debe descansar. Así podrá recargar energías para cumplir con los requerimientos del día siguiente.