No hay duda de que el futuro es hoy. Las nuevas tecnologías se acercan cada vez más a cubrir todas las necesidades que se presentan en el día a día y, dentro de éstas, los robots han reemplazado trabajos en el comercio y transportes. Pero, podrían reemplazar a un médico?
Los relojes y anillos inteligentes, sensores de actividad y una gran variedad de productos, llamados coloquialmente «gadgets», serían capaces de detectar una amplia gama de variables fisiológicas a partir de patrones personalizados en cada usuario. Ésto ayudaría a estar al corriente sobre el estado de salud, a descubrir detalles muchas veces imperceptibles en el día a día, y así mejorar las conductas de sueño, alimentación y ejercicio.
Será posible que la tecnología y la inteligencia artificial sustituyan en el futuro al médico?
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Según el diario The Economist, el perfeccionamiento de estas tecnologías podría prosperar en tres importantes ámbitos en la atención médica: el diagnóstico temprano, el tratamiento personalizado y el tratamiento más específico de enfermedades.
Un diagnóstico precoz reduciría los costos en el tratamiento de una eventual enfermedad más grave y es a eso a lo que apunta la nueva revolución médica. Bajo esa línea en Chile se han probado métodos impulsados por inteligencia artificial en consultas oftalmológicas para reducir las listas de espera y otorgar una mejor atención a los pacientes, priorizando los casos que requieren mayor atención.
Por lo tanto, si le encargamos la detección precoz a los nuevos gadgets tecnológicos portátiles disponibles en el mercado, la descongestión en las consultas sería mayor y los individuos pueden estar más conscientes sobre su propio estado. Jamás se podría reemplazar la figura del médico, pero se podría trasladar la atención de manera remota y en tiempo real.
Cómo nos sorprenden estos nuevos gadgets médicos?
Existe una amplia variedad que hace unos años habría sido impensada. Por ejemplo, algunos dispositivos incorporan sensores integrados que miden parámetros cardiacos, tales como pulso, presión arterial o saturación de oxígeno, los que quedan registrados al momento de hacer un ejercicio determinado. Lo anterior además se compatibiliza con los datos del usuario (sexo, edad, peso y altura, etc), lo que podrá informar si estamos frente a una buena performance cardíaca o si estamos en rangos de sobreexigencia y riesgo. Allí se podría proponer un tratamiento personalizado a los requerimientos de ese paciente en particular.
Otros modelos ofrecen experiencias diferenciadas para el deporte que se desea realizar. Entonces, ya sea que se practique ciclismo o caminata, las mediciones cardiacas considerarán el esfuerzo que se requiere para ese tipo de ejercicio, siendo mucho más específicos que una evaluación bajo condiciones diferentes a la que vive el paciente en su día a día.
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Esta tecnología, que promete estar pronto a disposición de un gran número de personas, está siendo constantemente perfeccionada para alinearse de manera más precisa con los hábitos y patrones de salud de cada individuo. Pero, por otro lado, al mismo tiempo le permite a la industria médica crear y diseñar equipos, fármacos y esquemas de tratamiento que se ajusten a los distintos organismos y actividades.
Así, aunque hoy aún se vea muy improbable que la tecnología sustituya una consulta médica, si se convierte en un gran apoyo diagnóstico. Y si falta fuerza de voluntad para llevar un estilo de vida saludable, la inteligencia artificial se asegurará de mantenerte motivado en una rutina de salud óptima.
