La diabetes no solo impacta la calidad de vida de quienes la padecen, sino que también representa un desafío monumental para los sistemas de salud pública. Los factores que contribuyen a esta epidemia son múltiples, desde el envejecimiento de la población y los cambios en los hábitos alimenticios, hasta la disminución de la actividad física. A esto se suma un porcentaje preocupante de personas que no saben que tienen diabetes, lo que dificulta aún más su control.
Para comprender mejor este problema y cómo podemos enfrentarlo, exploramos las claves de esta enfermedad con un enfoque integral que va desde el diagnóstico hasta las últimas innovaciones en tratamientos. Para ello conversamos con la Dra. Sara Mir (@smir_med), médico antienvejecimiento, quien nos cuenta como esta enfermedad está posicionándose cada vez más como un problema de salud pública a nivel nacional y mundial.
El tratamiento de la diabetes varía según el tipo, pero el objetivo es el mismo: mantener los niveles de glucosa en sangre dentro de un rango saludable
¿Qué es la diabetes y por qué es tan preocupante?
La diabetes es una enfermedad crónica que afecta la capacidad del cuerpo para procesar el azúcar en la sangre (glicemia). Esto ocurre porque el organismo no produce suficiente insulina, una hormona clave para utilizar la glucosa como energía, o porque no puede usarla de manera eficaz.
Existen dos tipos principales de diabetes. La tipo 1, que es menos común y suele aparecer en la niñez o juventud, ocurre cuando el sistema inmunológico ataca las células del páncreas encargadas de producir insulina. Por otro lado, la tipo 2 es la forma más común y está estrechamente vinculada a factores como la obesidad, el sedentarismo y la genética. Aunque solía ser una enfermedad de adultos, cada vez se diagnostica más en personas jóvenes debido a los cambios en los estilos de vida.
En Chile, la situación es preocupante. Según la última Encuesta Nacional de Salud, cerca del 10% de la población adulta tiene diabetes tipo 2. Este porcentaje se ha disparado en los últimos años, reflejando un estilo de vida que combina poca actividad física con una dieta rica en alimentos ultraprocesados y azúcares.
Y dentro de ese contexto, ¿cómo podemos saber si tenemos diabetes? ¿Cómo se diagnostica la diabetes?
Uno de los mayores desafíos de la diabetes es que muchas personas no saben que la tienen. Los síntomas iniciales pueden ser sutiles y pasar desapercibidos, tales como tener sed constante, sensación de «fatiga» durante períodos en que no estamos comiendo o la necesidad de orinar frecuentemente. Sin embargo, con el tiempo, la falta de control puede causar complicaciones graves, como daño a los nervios, insuficiencia renal o problemas cardiovasculares.
El diagnóstico se realiza mediante pruebas de sangre que miden los niveles de glucosa en ayunas (glicemia en ayunas), ver como respondemos a la ingesta de una cantidad conocida de azúcar (Test de Tolerancia a la Glucosa) o a través de la Hemoglobina Glicosilada, que muestra un promedio de los niveles de azúcar en los últimos tres meses. Es importante que las personas con factores de riesgo, como antecedentes familiares, obesidad o hipertensión, se realicen chequeos regulares para detectar la enfermedad a tiempo, ya que un diagnóstico temprano no solo permite iniciar un tratamiento adecuado, sino también prevenir complicaciones graves que pueden afectar drásticamente la calidad de vida.
¿Qué tratamientos existen y cuáles son las últimas tendencias?
El tratamiento de la diabetes varía según el tipo, pero el objetivo es el mismo: mantener los niveles de glucosa en sangre dentro de un rango saludable.
En la diabetes tipo 1 el tratamiento se basa en la administración de insulina y un monitoreo constante de los niveles de glucosa. Los sistemas de monitoreo continuo de glicemia han mejorado enormemente la calidad de vida de las personas con este tipo de diabetes. Estos consisten en usar un sensor que se pega a la piel del brazo durante 14 días y, mediante comunicación vía Bluetooth, el teléfono «lee» los niveles de glicemia al acercarlo al sensor. De esa forma podemos tener un control mucho más preciso de como evolucionan los niveles de glicemia durante el día.
En la diabetes tipo 2 el tratamiento comienza con cambios en el estilo de vida, como mejorar la alimentación, aumentar la actividad física y perder peso. Si estos cambios no son suficientes, se recetan medicamentos como la metformina o nuevos fármacos que no solo controlan el azúcar en sangre, sino que también promueven la pérdida de peso y mejoran la salud cardiovascular.
Entre las últimas innovaciones destacan los inhibidores de SGLT2 y los agonistas de GLP-1, que están transformando la forma en que manejamos la diabetes tipo 2 al ofrecer beneficios más allá del control de la glucosa. Estos últimos se han hecho más populares en los medios de comunicación, debido a que se han utilizado también para bajar de peso. Es un tema aún controlversial y que debemos evaluar con cuidado, ya que no podemos perder de vista 2 cosas: lo primero es que los pilares del tratamiento son los hábitos de vida. Por algo hace 100 años, cuando no existían alimentos ultraprocesados y la vida era menos sedentaria, los niveles de diabetes era menores. Y lo segundo, no menos importante, es que todo tratamiento farmacológico requiere indicación y supervisión médica con exámenes de sangre. Es la única forma de saber como responde una persona en particular a un tratamiento. Los fármacos son buenos, por algo tienen aprobación para ser usados, pero todo tratamiento debe ser personalizado.
RELACIONADOS
¿Son los ultraprocesados los nuevos cigarrillos? El juicio que podría cambiar la industria alimentaria
Lácteos: Ángeles o Demonios (tú decides!)
Azúcar: El Dulce que Puede Amargar tu Salud
¿Qué podemos hacer para cambiar el futuro?
Este es un tema siempre controversial, ya que hace 20 años nos preguntábamos lo mismo. ¿Qué podemos hacer para tener un futuro mejor? Y la respuesta es que no pudimos frenar esta verdadera epidemia.
Sigo pensando que el futuro de la diabetes depende de las acciones que tomemos hoy y ahora. Como individuos podemos prevenir o retrasar la aparición de la diabetes tipo 2 adoptando un estilo de vida más saludable: una alimentación equilibrada, actividad física regular y chequeos médicos periódicos, para conocer como responde nuestro cuerpo a lo que comemos o a lo que hacemos con nuestra vida. No olvides que hasta el mejor deportista del mundo requiere un coach, un entrenador que te guíe. En salud es lo mismo.
Y a nivel comunitario necesitamos políticas públicas que promuevan hábitos saludables y mejoren el acceso a alimentos nutritivos. Chile, con su alta tasa de obesidad y sedentarismo, enfrenta un desafío doble, pero también tiene la oportunidad de liderar con medidas innovadoras y efectivas.
Por lo tanto la diabetes no tiene por qué ser una sentencia. Con la información adecuada, la detección temprana y un manejo eficaz, podemos reducir su impacto y mejorar la calidad de vida de millones de personas.
La pregunta final que me gustaría que pienses es: ¿estamos listos para actuar?
Yo creo que sí. Ahora, es tu turno!
