Por qué dormimos? Es realmente necesario descansar noche a noche? Es mejor pasar sin dormir luego de estudiar? Si escucho un audiolibro mientras duermo, me lo aprendo?
Muchas de éstas y otras interrogantes han llevado a los científicos a estudiar por años este tema. En este camino han descubierto que hay animales que duermen de pie, otros que duermen mientras están en vuelo (como las aves migratorias), mientras nosotros idealmente disfrutamos de tendernos o acostarnos. Pero los hallazgos en esta área de la medicina han ido mucho más allá, experimentando grandes avances en los últimos 20 años.
Nuestro cerebro no descansa mientras dormimos
Poco a poco ha sido posible aclarar el funcionamiento cerebral, llegando a establecerse que ocupamos el dormir como un mecanismo de almacenamiento y limpieza de nuestra memoria.
A medida que profundizamos nuestro sueño fijamos o “grabamos” mejor todo lo que aprendimos durante esa jornada, más aún si lo consideramos importante. En este proceso tiene mayor relevancia aquello que esté asociado a una emoción. Por ejemplo, eventos positivos como la felicidad de un reencuentro familiar o negativos como la tristeza por una pérdida, tendrán un lugar destacado dentro del recuerdo.
Otras situaciones importantes y que quedarán grabadas serán las que detectamos con un afán de autocuidado: caerse y tener dolor será importante, ya que evitaremos situaciones más graves, como una fractura. Por lo tanto desde una corta edad aprenderemos a ser más cautelosos.
También quedará guardado aquello que hemos repetido múltiples veces, aunque con menos potencia si no se encuentra asociado a una emoción.
Por otro lado, los recuerdos ‘inútiles’, aquellas vivencias triviales y que no nos resultan relevantes, son borradas. De esta forma tendremos el espacio necesario para los aprendizajes del día siguiente.
Y si no duermo, qué sucede?
Como hemos visto, el tiempo dedicado al descanso y el sueño es fundamental. Es un tiempo que podemos considerar que nos regalamos a nosotros mismos para repararnos.
Se ha establecido en numerosos estudios que es fundamental dormir durante la noche al menos 7 horas.
Respecto a las siestas, se ha demostrado que éstas son beneficiosas para la consolidación de la memoria y brindan una manera efectiva y fácil de impulsar el éxito del aprendizaje. Deberían ser cortas, de un máximo de 30 minutos y no cerca del horario de ir a acostarse, para no entorpecer el sueño nocturno.
Ahora, si el sueño es deficiente en tiempo o calidad, se afectará sustancialmente la formación de memoria y los niveles de rendimiento, es decir, puede dañarse el mecanismo que tenemos para archivar lo importante SIN importar en que edad nos encontremos. Este concepto es nuevo y rompe con el antiguo paradigma que los adultos mayores necesitan dormir menos que durante su juventud. Las personas que se encuentran en la tercera edad requieren, con mayor razón, un sueño completo, profundo y reparador.
Que sucede con los adolescentes? Siempre son considerados flojos por dormir muchas horas. La verdad es que su cerebro lo necesita. Fisiológicamente es así y, al encontrarse en una etapa de constante aprendizaje, necesitan las horas en que su cerebro se dedique a almacenar el nuevo conocimiento. De hecho, aprender y recapitular las materias estudiadas justo antes de acostarse podría mejorar el efecto beneficioso del sueño en su recuerdo. Pero, por otro lado, pensar que escuchar las clases o tratar de aprender un idioma mientras dormimos es solo una ilusión. Nuestro cerebro está ocupado procesando la información del día y lo que escuchemos durante estas horas no será almacenado en nuestro “disco duro”.
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El secreto para mantenerse joven
Si existen trastornos del sueño es muy importante consultar a un especialista para poder actuar antes que se generen enfermedades. El automedicarse, aunque existen muchos fármacos “para dormir mejor», en muchos casos no nos permite lograr un sueño completo, con todas sus fases, por lo que no se logra el efecto reparador y podremos sufrir de alteraciones de memoria.
Afortunadamente este daño es posible recuperarlo si se mejora la calidad del sueño. Un tratamiento adecuado incluirá aspectos relacionados con la higiene del sueño, como suprimir al máximo la luz antes de ir a dormir, mantener un ambiente con una temperatura alrededor de los 20 grados, evitar la cafeína y estimulantes, la práctica de actividades como la meditación, el yoga, el uso de aplicaciones de descanso como Relax 360 (www.relax360.cl), psicoterapia, etc.
Recuerda que un buen descanso no solo es importante para la reparación celular. Nuestra memoria será la que más lo agradecerá. No lo olvides!