La piel, el pelo y los ojos tienen un pigmento que les da su color natural llamado Melanina. Esta sustancia está distribuida en forma natural en diferentes concentraciones en distintas áreas del cuerpo. Es por ello que la palmas tienen un color y muchas veces los brazos, estando a pocos centímetros de distancia, tienen otro más oscuro, todo de forma natural y normal.
Cuando existe una sobreproducción de melanina la piel se mancha, dando origen a lo que comúnmente llamamos Pecas o Manchas, y que en lenguaje médico conocemos como Léntigo, todo fruto de la HIPERPIGMENTACIÓN.
Son varios los factores que desencadenan esta sobreproducción, pero los más importantes pueden estar ligados a la exposición solar, factores genéticos, la edad, influencias hormonales o como consecuencia de la cicatrización inestética de heridas en la piel.
Muchas veces no somos conscientes como, con los años, aparecen manchas en la piel, las llamadas manchas de la edad, manchas solares, léntigos solares o manchas del sol.
Inicialmente son pequeñas áreas planas y oscuras en la piel que varían en tamaño y suelen aparecer en zonas expuestas al sol, como la cara, las manos, los hombros y los brazos, siendo más comunes en los adultos (mayores de 50 años), pero pueden aparecer en personas mucho más jóvenes en caso de que pasen mucho tiempo al sol.
Cuando las manchas ya están instaladas en nuestra piel el uso del bloqueador solar sigue siendo fundamental
Algo importante en este tema es que SIEMPRE deben ser evaluadas por un especialista para descartar tumores cancerosos de la piel, sobre todo si cambian de color, se oscurecen o son desde su inicio negras, aumentan de tamaño, presentan una forma irregular, pican o sangran.
Sabemos que para prevenir que la piel se manche, debes utilizar protector solar y evitar el sol de forma regular, pero, que hacer una vez que las tenemos?
Una vez evaluadas por un especialista y descartando una enfermedad cancerosa a la piel, existen varias opciones de tratamiento, que requieren sobre todo de constancia y disciplina de tu parte, ya que al quitar las manchas, mediante cualquier procedimiento, lo que se obtiene es una piel nueva con gran tendencia a mancharse de nuevo si no la cuidas. Por eso la importancia de la constancia y disciplina en el cuidado de tu piel y la protección solar.
Para quitar las manchas hay opciones poco invasivas y opciones más invasivas.
Dentro de las menos invasivas está el uso de cremas despigmentantes. La mayoría se basa en un ingrediente activo para disminuir la producción de melanina y reducir la aparición de áreas oscuras. Pero atención, pueden irritar la piel y hacerla más sensible al sol (aunque no lo creas), por lo que su uso requiere supervisión médica. Los derivados de la Vitamina C demostraron ser relativamente efectivos contra la hiperpigmentación. Lo mismo sucede con los Retinoides o la Vitamina A. Otro componente efectivo para reducir la producción de melanina es el ácido dioico.
Otra técnica despigmentante es el peeling químico, que consiste en aplicar una solución ácida en la piel para extraer las capas superiores de ésta. Estos químicos hacen que la piel se ampolle y finalmente se descascare, revelando debajo piel nueva y con un pigmento parejo. El inconveniente es que depende bastante de la experiencia de quien aplique el medicamento, ya que diferencias de cantidad en distintas zonas o un tiempo muy prolongado de exposición pueden causar un resultado inesperado.
RELACIONADOS
Luz LED roja: la revolución que tu piel estaba esperando
Estética y Nutrición: El Secreto para una Piel Radiante Desde el Interior
Peeling en verano? Conoce una alternativa segura y moderna para una piel radiante
Finalmente las terapias con láser son las técnicas más precisas, ya que aunque tienen un efecto bastante similar, aquí el médico tiene más control sobre la intensidad del tratamiento.
Consiste en «quemar» las áreas afectadas con una luz de alta energía. Los tratamientos más suaves funcionan solo en la epidermis de la piel (la capa superior), mientras que los tratamientos intensos pueden penetrar las capas más profundas de la piel.
Por lo tanto, lo más simple (y más difícil de realizar, como todas las cosas en medicina) es la prevención usando bloqueador solar al menos 3 veces al día (cada 3-4 horas) en las zonas expuestas al sol, además de evitar los horarios con mayor intensidad solar (entre las 11 y las 16 horas).
Cuando las manchas ya están instaladas en nuestra piel, el uso del bloqueador solar sigue siendo fundamental, pero lo asociamos con cremas o tratamientos con láser.
