En el mundo de la moda, el concepto de Quiet Luxury o «Lujo Silencioso» surgió el año pasado como una tendencia que valoraba la calidad sin recurrir a marcas ostentosas ni detalles llamativos. Este enfoque ha encontrado su contraparte en el campo de la medicina estética con el movimiento «Quiet Beauty», lanzado en el reciente congreso brasileño Medical Advance Aesthetic Congress (MAAC), donde dermatólogos y cirujanos plásticos mostraron su preocupación por los excesos en tratamientos estéticos, especialmente en la llamada armonización facial.
El movimiento, liderado por los dermatólogos Eliandre Palermo y André Braz, defiende que la clave está en los procedimientos que respetan la belleza natural de los pacientes, promoviendo resultados que no alteren sus rasgos esenciales ni caigan en desproporciones que deformen su apariencia. Palermo destacó que la armonización facial, cuando es realizada en exceso, puede llevar a una apariencia artificial e incluso a daños estéticos a largo plazo. Braz, por su parte, criticó el papel de las redes sociales en la popularización de filtros y estándares de belleza distorsionados, que impulsan a los jóvenes a buscar una perfección irreal. «La belleza tiene un caracter social, pero también cultural y cronológico. Eso debe ser respetado», puntualizó.
El Papel de la Naturalidad en la Estética
El cirujano plástico Eduardo Oyarse coincide con los principios de este movimiento. Según él, lo fundamental en cualquier cambio estético debe ser potenciar el aspecto natural de la persona. “El objetivo debe ser refrescar, iluminar, proyectar una versión renovada de uno mismo sin perder la esencia”, señala. Oyarse advierte que los cambios exagerados o desproporcionados a menudo son un reflejo de una insatisfacción que va más allá de lo físico. «Hablan del no quererse, del no valorarse, y eso hace muy difícil que el paciente quede satisfecho con los cambios externos que podamos lograr».
La belleza natural, explica, es mucho más que solo una tendencia: es un principio fundamental para lograr un bienestar estético y emocional. Oyarse considera que la cirugía estética debe ser vista como una herramienta para destacar las mejores cualidades de cada persona, no para transformarla en alguien irreconocible. “El éxito de cualquier intervención radica en encontrar el equilibrio entre lo que el paciente quiere y lo que realmente le va a favorecer, sin perder de vista su propia esencia”.
La belleza tiene un caracter social, pero también cultural y cronológico. Eso debe ser respetado – Dr. André Braz
La Influencia de las Redes Sociales
Uno de los factores más influyentes en la creciente demanda de procedimientos estéticos es la presión generada por las redes sociales. Las imágenes perfectas, retocadas con filtros y aplicaciones, crean un estándar irreal de belleza que lleva a muchos a buscar soluciones rápidas y drásticas. En este sentido, los especialistas de «Quiet Beauty» insisten en la importancia de promover la educación sobre los riesgos de los procedimientos mal realizados y sobre la necesidad de enfoques personalizados y seguros.
Las redes sociales han generado una cultura de perfección instantánea que, según Oyarse, ha distorsionado la percepción de la belleza natural. “Es importante que los pacientes comprendan que no deben compararse con imágenes idealizadas. Cada rostro es único, y lo que puede funcionar para uno no necesariamente será lo mejor para otro”, agrega.
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¿Lujo Silencioso o Estética Exagerada?
La tendencia del “Quiet Beauty” y el lujo silencioso en la cirugía estética y la moda parecen ser una respuesta a la saturación de exageraciones estéticas. Cada vez más personas están comprendiendo que la verdadera belleza radica en los detalles sutiles que realzan sus mejores características, en lugar de en cambios drásticos. Este enfoque invita a reflexionar sobre la importancia de la autenticidad y la armonía con la propia imagen, en lugar de seguir estándares de perfección impuestos por la sociedad o las redes sociales.
Al final, la cirugía plástica y los tratamientos estéticos deberían ser una opción consciente y reflexiva, que permita a las personas sentirse mejor consigo mismas sin renunciar a quienes son.
